James Joyce, el escritor al que no entendía ni su mujer, era un tipo mal hablado, introvertido, derrochador... y autor de una de las obras más innovadoras de la literatura universal, Ulises.
G.K. Chesterton, uno de los escritores más creativos que en el mundo han sido, príncipe de las paradojas le llamaban, por la mestría con las usaba.
Escritor y espía (o viceversa), Graham Greene fue un niño acosado en el colegio y un adolescente con tendencias suicidas, marido infiel, viajero incansable y, al fin y a la postre, un defensor de la libertad.
Eric Arthur Blair, alias George Orwell, escritor solvente, azote de totalitarios, pensador, ensayista y honesto consigo mismo y con el mundo.
No estaba loca. Pero había en su cabeza algo parecido a la locura, algo tal vez inherente a sus sueños y a su talento, quien sabe...