Feminista y libertaria, dueña de su vida y su dolor, coleccionista de ausencias y escritora sin par. Así fue, así es, Mary Wollstonecraft Godwin, Mary Shelley, la mano que mece la cuna de Frankenstein.
Henry David Thoreau fue un libertario, un filósofo y ensayista, abolicionista, naturalista... un tipo que tirará por tierra ideas que hoy consideramos valores y nos hará replantearnos muchas cosas acerca de nuestro estilo de vida.
Lo trataron de poeta obsceno por la sensualidad (y sexualidad) de sus versos en Hojas de Hierba pero no era eso, era el nacimiento de la poesía en verso libre.
William Shakespeare, dramaturgo, poeta, creador de palabras, historias y personajes. Uno de los más grandes escritores que nunca han existido.
Henry James es un escritor americano y británico a la vez, realista y modernista a la vez... un tipo dual y excéntrico que retrató la vida de quienes se movían entre el viejo y el nuevo mundo abrazando ambos.
James Joyce, el escritor al que no entendía ni su mujer, era un tipo mal hablado, introvertido, derrochador... y autor de una de las obras más innovadoras de la literatura universal, Ulises.
G.K. Chesterton, uno de los escritores más creativos que en el mundo han sido, príncipe de las paradojas le llamaban, por la mestría con las usaba.
Escritor y espía (o viceversa), Graham Greene fue un niño acosado en el colegio y un adolescente con tendencias suicidas, marido infiel, viajero incansable y, al fin y a la postre, un defensor de la libertad.
Eric Arthur Blair, alias George Orwell, escritor solvente, azote de totalitarios, pensador, ensayista y honesto consigo mismo y con el mundo.
Aphra Behn, espía de Carlos II (entre otras cosas...), primera escritora profesional de la historia de la literatura en inglés, autora de la primera novela antiesclavista y de la primera novela espistolar. Conservadora por su ideología y libertaria por sus actos, sin duda, una mujer terriblemente interesante.