Keats nació en Londres y se marchó a Italia para tratar de superar la tuberculosis que lo mató privándonos de tantos poemas como hubiera escrito de haber vivido más que sus escuetos 25 años.
Oscar Wilde, todo un personaje de las letras angloirlandesas del que te resultará imposible no enamorarte.
Y quien dice al miedo dice al terror, al pánico, al espanto y al misterio, a la locura, a la maldad, a lo absurdo... en definitiva, a un mundo oscuro de gran maestría literaria, la de Edgar Allan Poe.
Lewis Carroll fue un hombre del renacimiento en la Inglaterra victoriana: contador de historias, poeta, matemático, profesor, fotógrafo... y autor de Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.
El poeta del imperio, le llamaban, y cabe que lo fuera (o no). Lo que sí fue (y es), además de un magnífico poeta, es uno de los mayores cuentistas que el mundo recuerda. Hablamos de Rudyard Kipling.
Lo trataron de poeta obsceno por la sensualidad (y sexualidad) de sus versos en Hojas de Hierba pero no era eso, era el nacimiento de la poesía en verso libre.
G.K. Chesterton, uno de los escritores más creativos que en el mundo han sido, príncipe de las paradojas le llamaban, por la mestría con las usaba.
Hoy recordamos algunos de los poemas de cementerio más celebrados en su tiempo, te sorprenderá alguno de sus autores...
Aphra Behn, espía de Carlos II (entre otras cosas...), primera escritora profesional de la historia de la literatura en inglés, autora de la primera novela antiesclavista y de la primera novela espistolar. Conservadora por su ideología y libertaria por sus actos, sin duda, una mujer terriblemente interesante.