¿Quiénes mandaban en el mundo mientras George Orwell hacía literatura política?

Berta Rivera 21 de junio, 2019

Si el mundo que le tocó vivir no fuera como fue tal vez Orwell no fuera el adalid de la literatura política por excelencia pero el mundo era como era por obra y gracia de quienes mandaban en él.

Las décadas de los años 30 y 40 leyeron al Orwell más combativo, fue entonces cuando publicó sus obras más notables y alcanzó el éxito que merecía pero ¿quién mandaba entonces en el mundo? la respuesta a esta pregunta recoge las razones que explican la obra de este mítico escritor y nos ayuda a entender más y mejor el espíritu de Orwell y el sentido de lo ‘orwelliano’; en el mundo que él le tocó vivir la libertad era un bien escaso que se jugaba en las guerras y en las revoluciones, Orwell descubrió que las guerras eran el mal menor si lo que estaba en juego era la libertad y descubrió también que las revoluciones eran el camino más directo hacia las dictaduras; lo descubrió y lo dejó escrito pero ¿cómo lo hizo? mirando a su alrededor…

A continuación tienes la lista de los que mandaban en el mundo, especialmente en Europa, en tiempos de Orwell, de la democracia, mejor, ni hablamos… sólo sabían de ella en el Reino Unido y en Estados Unidos, Europa entera estaba bajo el dominio de totalitarios de distinto signo.

Descubre quién mandaba en el mundo cuando Orwell escribía literatura política y comprenderás porque dijo lo que dijo…

Si libertad significa algo es el derecho a decirle a las personas lo que no quieren escuchar.

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Alemania: Hitler - desde 1933
En 1933 Hitler se convirtió en el Canciller de Alemania, un año más tarde en su Führer; en 1939 decide invadir Polonia y dar comienzo así a la II Guerra Mundial; en 1942 comezó su ‘solución final de la cuestión judía’, a la postre el Holocausto, y en 1945 pierde la guerra y se suicida.
Orwell quiso luchar en esta guerra pero no pudo hacerlo como soldado raso, la tuberculosis y las secuelas de las heridas sufridas durante su participación en la Guerra Civil Española se lo impidieron.
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Rusia: Stalin - desde la muerte de Lenin en 1924
Cuentan las oscuras crónicas comunistas que a su muerte en 1924 Lenin, si bien no dejó nombrado un sucesor, sí dejó dicho y al parecer incluso escrito, que debía mantenerse a Stalin lo más alejado posible del poder. Algo que no sucedió, como bien sufrió Trotski en sus propias carnes, desterrado en 1929 y asesinado en 1940 por orden directa de Stalin.
Lo cierto es que Stalin mandaba ya en el Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1922, aunque no sería nombrado Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética hasta 1941, puesto que ocuparía hasta su muerte en 1953.
En 1939 Stalin firmó un pacto de no agresión con Alemania y se repartió Europa con Hitler… pero poco más de un año más tarde Hitler decidió que también podía invadir la Unión Soviética obligando a Stalin a enfrentarse al ejército alemán y a pasarse al bando de los aliados (razón por la cual en Inglaterra nuestro querido Orwell no encontraba editorial para su Rebelión en la Granja).
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Italia: Mussolini - desde 1922
Durante los primeros 14 años del S.XX Mussolini militó en el partido socialista italiano aunque por lo que todos lo recordamos al frente del partido nacional fascista entre los años 1921 y 1943; fue precisamente en 1921 cuando cuando se mostró claramente contrario al socialismo y al comunismo aglutinando entorno a él a las élites poderosas de Italia y logra ser elegido diputado.
Fue jefe de gobierno de Italia desde 1922 hasta 1943, siempre bajo el reinado de Víctor Manuel III, quien asistió cual convidado de piedra, al desmantelamiento paulatino de la democracia italiana bajo la mano de hierro de Mussolini.
En 1939, como hiciera también con Rusia, Hitler firma un pacto de no beligerancia con Italia, pacto del Acero se llamó, un pacto que se mantuvo vigente durante un tiempo breve porque las presiones sobre Italia, por parte de Hitler para que se involucrara en la guerra y por parte de Churchill para que se mantuviera neutral, surtieron su efecto y, cuando Mussolini pensaba que Hitler tenía todo a su favor para ganar la guerra, se involucró comenzando por el frente francés.
Cuando en la primavera del 45 se hizo evidente la derrota de Hitler pero, antes que él, cayó Mussolini; fue fusiado junto a su amante y su cuerpo fue sometido a toda clase de vejaciones; cuentan las crónicas de la época que en la noticia de este suceso puede estar la decisión de Hitler de suicidarse junto a su amante y pedir que sus cuerpos fuesen quemados.
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España: 1936 Guerra civil - desde 1939 Franco
La primera mitad del S.XX la situación en España no era menos convulsa que en el resto de Europa, cabe que por eso nos mantuviéramos al margen de algunos de los desastres que acontecieron en el viejo continente, teníamos bastante con los nuestros: desde una República que no acabó de cuajar a un levantamiento militar, una guerra civil y una dictadura.
Orwell estuvo en España luchando contra el franquismo en la Guerra Civil pero acabó tiroteado por los de su propio bando porque en la izquierda no sólo se luchaba contra Franco sino que se libraban también luchas intestinas entre facciones de un mismo bando, a Orwell fueron los stalinistas los que casi acaban con él, sería porque el literato inglés llegó a decir que Europa debía crear su propia corriente socialista lejos de la tutela de Rusia y de Stalin…
La Guerra Civil Española comezó en 36 y tras ella llegó la dictadura del general Franco que duraría de facto hasta la muerte del dictador en la cama en 1975. Mantener la neutralidad durante la II Guerra Mundial le reportó a Franco mejor suerte que los otros dos grandes fascistas europeos, Mussolini y Hitler.
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Inglaterra: Jorge V y Jorge VI - primeros ministros: Ramsay 1929 - Baldwin 1935 - Chamberlain 1937 y Churchill 1940
Durante la década de los 30 y los 40 el Reino Unido fue el único país de las grandes potencias europeas que mantuvo viva su democracia; Alemania sucumbió a Hitler, Rusia a Stalin, Italia a Mussolini, España a Franco y Francia… se rindió ante Hitler.
Jorge V y Jorge VI, padre de la actual reina de Inglaterra Isabel II, fueron los reyes de la época mientras que la posición del Primer Ministro fue ocupada por chamberlain en 1937 y por Churchill a partir de 1940, una figura clave tanto para el fin de la II Guerra Mundial como en la sucesión al trono por parte de Isabel II.
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Francia: Lebrun 1932 - Nadie (II Guerra Mudnial) - Auriol 1947 (primer presidente de la tercera república)
Lebrun era el presidente francés en 1932 y tras él la nada, la rendición ante la Alemania nazi; no sería hasta 1947, acabada y ganada la II Guerra Mundial cuando Francia eligió a su primer presidente de la III República, Auriol.
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Estados Unidos: Hoovert 1929 - Roosevelt 1933 - Truman 1945
En Estados Unidos la democracia también latía con fuerza mientras Europa se desangraba, Hoovert fue su presidente desde 1929, el año de la gran depresión y la famosa caída de la bolsa un jueves negro; en 1933 Roosevelt se convirtió en el presidente de los Estados Unidos y una figura clave para la resolución final de la II Guerra Mundial con su apoyo a los aliados desde el principio del conflicto y sus relaciones diplomáticas especialmente con Churchill y Stalin.
Vivió el conocido como día de la infamia -el ataque de los japoneses en Pearl Harbour- como presidente pero no llegó a ver el final de la II Guerra Mundial porque falleció antes siendo todavía presidente de Estados Unidos; le sucedió el que era entonces su vicepresidente, Truman, quien ocuparía el cargo hasta 1953.
Bajo su mandato terminó por fin la II Guerra Mundial con la victoria de sus aliados pero fue él también quien permitió el uso de armas nucleares en el conflicto de Estados Unidos con Japón, fueron lanzadas dos bombas atómicas, una sobre Hiroshima y otra sobre Nagasaki. Apoyó la creación de las Naciones Unidas, organismo al frente del cual puso a Eleanor, viuda de Roosevelt, también puso en marcha el Plan Marshal para ayudar la reconstrucción de una devastada Europa.
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La India: Gandhi
Mientras Europa se desangraba en la II Guerra Mundial en la India Gandhi iniciaba su cruzada pacifista para lograr la independencia de la India del Imperio Británico.
La lucha de Gandhi fue pacífica y resilente, de absoluta resistencia aun a pesar de ser detenido y mantenido preso, jamás perdió de vista su objetivo y, para conseguirlo, tomó alguna decisión, como poco, compleja: cuando el Reino Unido permanecía en pie como la única democracia europea y estaba además cerca de caer con el resto de Europa en 1939 (algo que no llegó a suceder gracias al apoyo de Estados Unidos y del cambio de bando de la Rusia de Stalin) y cuando el Reino Unido pidió a Orwell que hiciera periodismo propagandístico (ese que tanto odiaba y que eligió acometer como mal menor dado que no podía combatir por su endeble salud) para lograr el apoyo de las colinias en la guerra, Gandhi mantuvo una posición, como poco, dudosa. Son famosas las cartas que dirigió a Hitler (aunque al menos una de ellas fue interceptada por los británicos y nunca llegó a manos del dictador alemán, en ella se despide como ‘su sincero amigo’). No es menos famosa la misiva en la que animaba a los ingleses a dejarse invadir por Mussolini y Hitler y rendir las armas:
‘Dejen las armas, por cuanto estas no van a servir para salvarles a ustedes ni a la humanidad. Deben invitar a Hitler y Mussolini a que tomen todo lo que quieran y de sus países. Si ellos quieren ocupar sus casas, váyanse de ellas. Si no les permiten salir sacrifíquense, pero siempre rehúsen rendirles obediencia‘