Tengo algo que deciros.

Tengo Algo que Deciros es una novela corta de Thomas Wolfe que relata como el odio de unos pocos, ante la cobardía de otros, la capacidad de dejarse engañar, la justificación de lo injustificable… puede destruir una sociedad próspera.

Tengo algo que decirnos -no yo, o sí, aunque en ese caso sería intrascendente porque ¿quién soy yo para pensar que lo que tenga que decir tiene mayor interés para nadie?-. Pero, como os decía, no soy yo, es Thomas Wolfe quien tiene algo que deciros (a mí me lo dijo ya hace tiempo, cuando leí por primera vez su relato ‘Tengo Algo que Deciros’ y me lo ha repetido esta semana cuando me dio por leerlo otra vez ¿a santo de qué? al de nuestro interés en escuchar con suma atención lo que Wolfe tenía que decirnos.

Hoy se cumplen 120 años del nacimiento de Thomas Wolfe, un escritor que murió demasiado pronto a cuenta de una neumonía que acabó en infección cerebral, Faulkner lo consideraba el mejor escritor de su generación (mejor que él mismo, incluso), Sinclair Lewis dejó impreso su nombre en la afamada Academia Sueca porque al aceptar su Premio Nobel nombró a Wolfe, tal vez porque pensaba que estaba destinado a recibir también tal galardón pero Wolfe no llegó a cumplir los 38, no tuvo tiempo…

Para lo que sí tuvo tiempo fue para escribir como un loco, lo hizo como si supiera que su vida sería breve, tal vez por eso se quejaba amargamente del tiempo que se le escurría entre las manos cada vez que viajaba a Europa en barco; y ahí vamos, a lo que Europa inspiró a Wolfe porque en estos tiempos convulsos es más que interesante escuchar lo que el mejor fracaso de América (según Faulkner) tiene que decirnos.

Tengo algo que deciros es un relato que no llega a las 40 páginas, es muy íntimo y personal porque cuenta el viaje de regreso a casa de un escritor americano desde Alemania, es más, ni siquiera cuenta todo el viaje, solo el trayecto en tren de Alemania a París pasando por Bélgica y lo cuenta a través de los ojos de ese escritor, que no es otro que el propio Wolfe, y sus compañeros de compartimento.

¿Qué tiene de interesante el relato? el ambiente… el ambiente asfixiante que relata, la falta de libertad, la persecución de los judíos o de los hijos de padres no casados, de quienes convivían sin casarse… en definitiva de cualquiera que viviera según sus propios deseos si estos no coincidían con el modelo diseñado por el gobierno; claro que según avanza el relato, y lo hace a la misma velocidad que el tren, Wolfe va dibujando personajes y la cobardía, la sumisión, el miedo y la justificación de lo injustificable de unos y el poder inflado por el odio de los otros se van desvelando.

No diremos más, porque decir más es desvelar el relato, lo que sería imperdonable porque lo cierto es que leer Tengo Algo que Deciros hoy y escuchar la voz de aquella América que tuvo después que venir a Europa a rescatar nuestras libertades de las garras del totalitarismo es justo y necesario… sobre todo necesario.

 

 

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