La protección de Jane Anger para las mujeres. El primer ensayo feminista en lengua inglesa. Ahí es nada.

He aquí un ensayo feminista furioso y encendido, apasionado e irónico, en defensa de las mujeres, víctimas todas ellas de la plumas masculinas de su tiempo.

Las aguas del feminismo corren, hoy en día, revueltas y es que pasar de ser un movimiento en defensa de la libertad a convertirse en una bandera ha resultado ser un tránsito complejo de fin incierto; es verdad que en el mundo occidental no nos ha ido mal, pequeñas parecen las reivindicaciones pendientes si pensamos en las que luchaban Virginia Woolf o Jane Anger, la primera sobradamente conocida y la segunda… la autora del primer ensayo feminista en lengua inglesa. Ahí es nada.

Ahora que el feminismo nos confunde (al menos a algunas y algunos), ahora que es moda y tendencia, ahora que quien se muestra crítico con el movimiento feminista actual merece el desprecio, la sátira y el vómito de las redes sociales, ahora que libros como Afrodita Desenmascarada de María Blanco, nuestra Godivaciones, son tan necesarios para entender la esencia del feminismo, ahora, precisamente ahora, conviene recordar esa misma esencia en las palabras de quienes la crearon. Por eso, aunque sólo sea por eso, merece la pena recomendar la lectura de este ensayo: Jane Anger Her Protection For Women.

¿Hubo alguna vez tan maltratada, tan calumniada, tan atormentada, o tan malvadamente manejada inmerecidamente, alguien como las mujeres?

Corría el año 1589 cuando se publicaba este ensayo y si de la vida de Shakespeare, quien nació seis años más tarde, tenemos más dudas que certezas, imaginad lo que podemos saber de Jane Anger, apenas nada, tan poco que cuando se habla de ella se suele decir aquello de ‘había varias Jane Anger entonces en Inglaterra…‘. El desconocimiento de esta mujer es tal que hay quienes dudan de su existencia, quienes piensan que su nombre es sólo un pseudónimo e incluso que el verdadero autor de este ensayo era un hombre hablando por boca de una mujer. Lo único cierto es el ensayo en sí y la afirmación aceptada por todos los expertos en literatura en lengua inglesa respecto a que la mano que hay tras él es femenina y ésto resulta ya revolucionario porque en el S.XVI las mujeres apenas escribían, mucho menos publicaban sus obras y, cuando lo hacían, versaban sobre asuntos religosos en su mayor parte, casi nunca sobre cuestiones mundanas y nunca sobre la supremacía de los hombres… eso hasta que se publicó Jane Anger, Her Protection For Women.

Para entender la furia de Jane Anger, una furia que además de en su apellido está presente en su encendido alegato en defensa de las mujeres, es necesario conocer como era la sociedad en la que sobrevivían las mujeres cuando fue escrito; en el S.XVI las mujeres estaban todavía muy lejos de tener derecho a recibir una educación formal, la reclamación de este derecho fue un grito feminista hasta cuatro siglos más tarde, Virginia Wolf, una escritora que vivió a caballo entre el S.XIX y el S.XX, vio como sus hermanos iban a la escuela y ella y sus hermanas no. En ese mundo en el que las mujeres hacían de su casa su universo había mujeres que escribían ¿cómo es posible? porque no había educación formal pero sí informal, porque la curiosidad es inherente al ser humano más allá de su sexo y las mujeres aprendían los rudimentos básicos de la lectura y la escritura en el hogar, y leían y escribían acerca de temas diversos (recetas de cocina, asuntos religiosos, otras cuestiones relativas al hogar… y también de política porque las mujeres tenían ideas propias aunque no les permitiesen expresarlas); a pesar de todas esas trabas y barreras había mujeres que escribían y lograban distribuir su obra y había una mujer que logró escribir un ensayo en defensa de la mujer y logró publicarlo como panfleto, Jane Anger.

¿Los dioses lo permitirán, las diosas permanecerán en sus juicios castigadores, y nosotras mismas no perseguiremos sus anulaciones por prácticas tan diabólicas?

Este ensayo es la demostración escrita de algo que no era público pero sí notorio en el S.XVI, las mujeres leían y, como leían, se enteraban de lo que los hombres pensaban de ellas, de como escribían sobre ellas y eso era, sin duda, fuente de frustración; lo era al menos para Jane Anger quien, después de leer El Libro del Exceso en el Amor de Thomas Orwin, ya no pudo más, se desarmó de paciencia y dejó fluir su furia a través de sus útiles de escribir.

En su protección para las mujeres Jane Anger reprocha a los hombres su desconocimiento de las mujeres, su cobardía por el modo en el que vierten sus infundadas opiniones en sus obras con la certeza de que nadie los desdecirá, ni tan siquiera nadie les responderá con otras letras y también su irresponsabilidad y sus contradicciones; las mujeres son musas de los hombres versados y escritores, son semidiosas y al mismo tiempo son el pecado mismo mientras los hombres no tienen responsabilidad alguna sobre lo relativo a la lujuria y el deseo; ese es el mundo de contradicciones y acusaciones infundadas que enciende la furia de Jane Anger y la lleva a hacer un relato caótico que tiene también algo de parodia de la obra de Orwin; con ironía, además de con furia, Anger desmonta a Orwin y firma el primer ensayo feminista escrito en lengua inglesa, una obra que comenzaría a cambiar el mundo de las mujeres, especialmente el de las mujeres que escribían; lo que Anger no sabía, aunque cabe que pudiera intuirlo, es cuán largo sería todavía el camino que tendríamos que recorrer…

Este ensayo feminista puedes conseguirlo sin moverte de casa, ya mismo, es gratis y está aquí (eso sí, en perfecto inglés del S.XVI).

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