La sociedad secreta de Jane Austen.

¿Sabías que Rudyad Kipling era masón y fan irredento de Jane Austen?

Pues sí, Kipling, además de ser el poeta del imperio o el primer británico en recibir el Premio Nobel de Literatura, fue otras muchas cosas, entre ellas fan irredento de Jane Austen y miembro de la masonería; no es que estas dos cuestiones sean un descubrimiento del S.XXI, ciertamente, pero sí son aspectos de la vida y obra de este insigne escritor que suelen pasar desapercibidos y es que su notoriedad fue tal y fu vida tan intensa que tendemos a perdernos los detalles. ¿Y por qué traemos hoy a colación estos dos detalles en particular? Porque ha caído en nuestras manos un ejemplar de ‘La sociedad secreta de Jane Austen‘, que es una recopilación de tres relatos y un poema de Kipling publicados en inglés en el año 1926 pero traducidos al español por primera vez hace tan solo unos meses.

Y en estos tres relatos y un poema constatamos, entre otras cosas, la pertenencia de Kipling a la masonería y el gozo que le proporcionaba la lectura de la obra de Jane Austen obra que, además, sabemos que solía leerle en voz alta a su mujer y a su hija; la cosa va de hijos porque otra de las cosas que descubrimos en estos relatos tiene que ver con el hijo de Kipling, que murió a los 18 años en su primera batalla como soldado de la I Guerra Mundial, una guerra que su padre apoyaba… Hay quien dice que Kipling debió sufrir algún tipo de cargo de conciencia o sentimiento de culpabilidad tras haber apoyado el alistamiento de su hijo cuando sólo contaba 18 años pero lo cierto es que, a la luz de los tres relatos incluidos en este pequeño y jugoso compendio literario (‘La sociedad secreta de Jane Austen’) cabe más bien hablar de pena y dolor que de culpabilidad.

Los tres relatos en cuestión son ‘En aras de la hermandad‘ (sí, la hermandad es la masonería…), ‘Un amigo de familia‘ (un relato de vida y muerte en la guerra que bien pudo escribir pensando en su hijo muerto) y ‘La sociedad secreta de Jane Austen‘ (que está relacionado colateralmente con la autora y ambientado en realidad también como un relato de guerra). Ahora bien ¿por qué es tan importante este último relato, tanto como para que la traductora y responsable de esta edición editara el compendio completo bajo su mismo título? Porque se trata del primer relato en el que es referida la icónica escritora británica… Cabe aquí hacer un inciso para explicar lo siguiente:

Actualmente Jane Austen goza de una fama realmente notable pero, en tiempos de Kipling, esto no era así; la escritora británica es una lectura propia de gentes de clase alta cuando no de eruditos y fue solo a partir de las referencias de Kipling a su obra y alguna ponencia respecto a ese mismo tema en la Universidad de Cambridge que su nombre comenzó a hacerse un poco más popular, ahora bien, nunca lo fue tanto como cuando Harold Bloom la incluyó en su canon occidental y sobre todo nunca, nunca tanto como cuando el cine y la televisión pusieron los ojos sobre su obra: en 1940 Hollywood presentó la primera adaptación cinematográfica de Orgullo y Prejuicio pero fue sobre todo en los años 90 cuando se desató una auténtica fiebre austenita y las seis novelas de la escritora británica se convirtieron en películas o series de televisión de la BBC cuando no ambas cosas: ¿quién no recuerda a Kate Winslet, Emma Thomsom y Hugh Grant protagonizando Sentido y Sensibilidad? ¡Imposible olvidar a Keyra Knightly como Elisabeth Bennet o a Colin Firth como Darcy en la icónica serie de la BBC! Tampoco a Gwyneth Paltrow como Emma…

El fervor austenita desatado en 1995 no ha hecho sino ir a más y hemos visto adaptaciones de lo más sorprendente de su obra (como el orgullo y prejuicio zombie…) e incluso hemos visto también obras menores e incluso inacabadas de Austen como Sandinton o Lady Susan también adaptadas en formatos audiovisuales.

Esa es la razón por la que, a bote pronto, tal vez no te parezca tan importante la mención y oda a su obra (oda de aquella manera…) que hace Kipling de la obra de Jane Austen pero lo cierto es que cuando él leía Sentido y Sentibilidad o Orgullo y Prejuicio, Persuasión, Mansfield Park o la Abadía de Northanger a su mujer y a su hija el fervor austeniano estaba todavía por emerger.

Dicho esto ¿existía realmente la sociedad secreta de Jane Austen o combinó Kipling a la icónica escritora con el secretismo propio de la masonería? Cuentan las crónicas que la masonería no es una sociedad secreta sino discreta, de hecho sabemos que Kipling visitó varias logias y que llegó al grado más alto de la logia, el de maestro, lo demás… es literatura, eso sí, literatura de la buena que es la única que salía de la pluma de Rudyard Kipling.

¿Quieres deleitarte con esta obra menos popular del famoso autor del Libro de la Selva o del inolvidable poema ‘If’? Ahora puedes hacerlo en perfecto castellano, la ha traducido Paloma Díaz Espejo y la ha publicado la editorial Funambulista.

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