Una mirada atrás de Edith Wharton.

Una Mirada Atrás es a un tiempo y a la vez la autobiografía de Edith Wharton y una pequeña y jugosa novela costumbrista llena de personajes célebres.

Y un buen día Edith Wharton dejó de inventar relatos ambientados en el mundo en que vivía y en la sociedad americana que tan bien conocía y se contó a sí misma, echó Una Mirada Atrás y escribió su autobiografía, una autobiografía que no osaremos tildar de incompleta (que lo es) sino de novela costumbrista, toda una novela costumbrista en la que la Wharton no nos cuenta un relato inventado sino los recuerdos más preciados de su vida, unos recuerdos que se nos antojan, leídos desde el día de hoy, oro puro.

Son oro puro, decíamos y lo son por varias razones; la primera es el cuadro que nos pinta de la sociedad de su tiempo, un cuadro de ámbito mundial porque su América natal no fue más hogar para Edith Wharton de lo que lo fue también la vieja Europa; y es que la Wharton no fue sólo una niña bien ni una viajera más, tampoco fue sólo una escritora libre (que ya hubiera sido mucho) fue también una cronista de su tiempo tanto de estilo como en el frente porque sí, fue una de las primeras reporteras de guerra del mundo.

Sus ideas conservadoras le hacían respetar las tradiciones y la sociedad tal y como la había conocido pero la obligaban también a ser condescendiente con muchas cosas, demasiadas, que le amargaban la existencia, tantas que pasado el tiempo (demasiado tiempo) decidió dejar de conformarse con vivir como debía y empezó a vivir como quería pero lo hizo discreta y sutilmente, sin ánimo revolucionario. Se divorció y no esperes encontrar media palabra de ésto en su autobiografía porque los trapos sucios se lavan en casa y Edith Wharton no iba a dejarlos expuestos en su autobiografía.

La gente que me rodeaba era tan indiferente a todo cuanto me interesaba que acomodarme a los gustos ajenos se había convertido en un hábito, y no fue hasta años después, cuando ya había escrito varios libros, que terminé por rebelarme y reclamar mi derecho a algo mejor.

Lo cierto es que esta novela autobiográfica nos muestra a la mujer que era y quería ser y calla los avatares de la vida que no le interesaban pero sucede que como su vida fue tan sumamente intensa y como por ella pasaron gentes con las que te morirías por tomar café (Washintong Irving era amigo de su familia, ella era íntima de Henry James, también amiga de Roosvelt por citar tres ejemplos al azar).

En Una Mirada Atrás descubrirás como era la sociedad en la que vivía la Wharton en su vertiente americana y también francesa, en sus estancias en Inglaterra y en sus viajes por el Mediterráneo, por España e incluso por el norte de África; conocerás también como era Francia en plena guerra mundial y te darás cuenta de que la vida es una cuestión de actitud, sí, pero también de ‘posibles’, sin su independencia económica Edith Wharton no habría sido la mujer que fue.

Mucho te hemos contado ya aquí de la vida y pensamiento de Edith Wharton, no vamos a anticiparte más, dejaremos que sea ella misma en Una Mirada Atrás quien te cuente como eran sus tardes con Henry James paseando en coche por doquier, sus visitas al frente durante la guerra, sus bailes, sus sombreros, los jardines y las casas que tan bien describió… ¡Disfrútalo!.

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