El Profesor de Charlotte Brontë… y la profesora.
El Profesor, la novela póstuma de Charlotte Brontë en la que descubrimos a una heroína que pudo inspirar a Jane Eyre.
El Profesor es una de esas novelas que tienen algo de regalo literario no tanto por su calidad literaria como por el modo en que la descubrimos: se trata de una novela previa a la obra más notable de Charlotte Brontë, Jane Eyre, que se publicó de forma póstuma; de ahí el regalo, es verdad que sabemos que fue rechazada por varios editores en vida de la autora pero que cuando un autor ha escrito ya su última letra y abandonado este mundo, aparezca una obra de su puño, letra e ideas, tiene algo de regalo literario… Más allá de este aspecto, lo que más nos gusta de esta novela no es tanto la historia en sí como el retrato de su tiempo y sus gentes que hace Charlotte Brontë a través de los personajes y el modo en el que algunos de sus prejuicios (los de Charlotte) se desvela.
¿Otro detalle de interés? El Profesor nos cuenta las aventuras y desventuras, además de los amores, de un profesor inglés en Bruselas… ciudad en la que Charlotte Brontë estuvo tanto como estudiante como profesora y donde se enamoró de un profesor casado que no supo dónde meterse cuando Charlotte le escribió no solo declarándole su amor sino dando por sentado que era correspondido… Te lo contamos aquí (entre otros detalles más que interesantes de la biografía de esta ilustre escritora). ¿Cuánto hay de autobiográfico, de hablar de lugares conocidos, de despecho, de evocación o de sueño incumplido en esta novela? Eso queda a criterio del lector.
El Profesor es un hombre de atractivo discutible sino nulo, un tipo de principios y amarguras arraigados que desde que acaba su formación en el famoso colegio Eton, va dando tumbos por el mundo huyendo de lo que no quiere más que buscando lo que ansía porque, hasta bien avanzada la novela, no descubrirá lo que realmente quiere… (y nosotros no vamos a desvelártelo aquí, tendrás que leer la novela para descubrirlo).
El servilismo crea déspotas.
Aun siendo el protagonista no es El Profesor nuestro personaje favorito de esta novela sino una de las mujeres… Frances Evan Henri; resulta fácil trazar paralelismos entre este personaje y el de Jane Eyre, para cuando se publió El Profesor Charlotte no estaba ya en este mundo para explicarlo pero basta una lectura pausada de ambas novelas (El Profesor y Jane Eyre) sabiendo que El Profesor se publió más tarde pero se escribió primero, para descubrir que Frances Evan Henri atesora las convicciones y la fuerza de Jane Eyre. Un detalle que, dado que te lo contamos sin encuadrarlo en la novela es un spoiler pequeño: Frances Evan Henri trabajaba mientras se formaba para ser profesora, logra un puesto como tal en un colegio femenino pero, con el paso del tiempo ve como no puede progresar ni tampoco progresa su sueldo ¿qué hace? No se rinde ni acepta la realidad como algo inevitable pero tampoco se amarga ni plantea ninguna actitud rabiosa y destructiva sino que acepta esa realidad… y busca el modo de trazar en ella un camino que le permita progresar profesionalmente y ganar más dinero ¿cómo lo hace? Contarte eso sí sería ya un spoiler grande… así que callamos.
¿Más personajes interesantes? El del amigo que no sabes si te está dando un empujón para ayudarte en la vida o una patada en culo por no tomar tú la iniciativa, el hermano despiadado, la familia elitista, la directora de escuela que se cree más lista de lo que es y el director de escuela de orgullo voluble son algunos de ellos.
Los ingleses exceden en insensatez a todas las demás naciones de esta tierra de Dios.
Decíamos que además de pintar un cuadro costumbrista de la época, Charlotte Brontë desvelaba sus propios prejuicios, los descubrimos en el modo en que es profundamente crítica con los católicos frente a los protestantes, algo que a nuestros ojos resulta incluso gracioso porque lo hace presentando a los protestantes como gente responsable y de orden frente a los díscolos católicos, como si olvidara, o no quisiera recordar, el modo en el que los ingleses acabaron con su Rey o Reina como padre o madre de su iglesia… (las ansias de divorcio de Enrique VIII).
Si debo luchar, y quizá ser vencida, prefiero someterme al orgullo inglés que la grosería flamenca.
Cabe decir en defensa de la ecuanimidad de Charlotte Brontë que uno de sus personajes, el amigo que no sabes si te da un empujón amistoso o una patada en el culo, que es profundamente crítico con lo inglés; una crítica a la que se suma el propio profesor cuando reconoce que en Bruselas uno podía aspirar a tener un trabajo y progresar en la vida mientras que en Londres, dadas las exigencias de gasto para mantener ciertas apariencias, la vida era insostenible; aunque para crítica la que hace de los flamencos a los que hace un traje empezando por su aspecto físico.
Si quieres leer una novela ligera y curiosa El Profesor te puede gustar y si eres de los que disfrutó de lo lindo con Jane Eyre seguro que degustas con placer esta novela.