Algunas cosas de Charles Dickens que no todo el mundo sabe.

Berta Rivera 7 de febrero, 2024

Charles Dickens es un escritor conocido y admirado en el mundo entero pero hay detalles curiosos de su vida que no todo el mundo conoce… Te los contamos.

Dickens era un hombre discreto a rabiar, lo que se sabía de él en su época, a pesar de ser un escritor famoso y respetado ya entonces, era lo que contaba en sus novelas pero el paso del tiempo y el sedudo estudio de quienes han ido reconstruyendo su biografía nos ha llevado a saber hoy más de Dickens de lo que sabían (o decían saber) sus coetáneos; lo cierto es que Charles Dickens hubiera sido hoy y muy a su pesar carne de prensa sensacionalista, un poco por su caracter, otro poco por su celebridad y mucho por su vida intensa y azarosa… ¿o acaso eres de los que tiene a Dickens por un ratón de biblioteca? no lo fue en absoluto, su educación fue la justa y necesaria, apenas ninguna, sus lecturas las que caían en sus manos que, afortunadamente, fueron tan interesantes como la novela que lo enamoró: El Quijote o la obra del tipo al que le debe su apellido, Shakespeare; se casó y tuvo 10 hijos, también una amante con la sufrió un accidente de tren que casi le cuesta salir en los papeles como el divorciado en secreto que viajaba con su amante. Fue cronista parlamentario y también escribió en el periódico para el que trabajaba una serie de relatos costumbristas, lo hizo bajo pseudónimo para no restar un ápice de credibilidad y seriedad a sus crónicas parlamentarias pero lo cierto es que fue precisamente como contador de historias e historiador de su tiempo como ha pasado Dickens a la historia.

A continuación te contamos con más detalle alguna de estas cosas, curiosidades de la vida de Dickens que no todo el mundo sabe y que resultan la mar de interesantes porque explican mucho de lo que leemos en sus obras.

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Su infancia fue como la de los niños de sus novelas
Dicen los estudiosos de la vida y la obra de Charles Dickens que su novela David Coperfield se acerca peligrosamente a lo que podría ser una obra autobiográfica: un niño pobre y débil, tan pobre que tenía que trabajar para ayudar a su madre a sostener a la familia porque su padre estaba en la cárcel… y cuando la madre reunió el dinero suficiente para liberar al padre de la prisión o al hijo del trabajo infantil… optó por el padre.
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Su apellido fue un invento de Shakespeare
Que una palabra tenga su origen en la mente de Shakespeare no es una gran novedad, cuentan que el mítico escritor inglés inventó más de 1700 pero que una de ellas acabara por ser el apellido de otro de los grandes escritores de la literatura universal como Dickens es, cuando menos, curioso.
Al parecer a Shakespeare no le gustaba jurar como lo hacían la mayor parte de los ingleses de la época, gritando ‘What the Devil!’ (¡qué diablos!) y lo hacía a su manera, diciendo ‘What the Dickens!’.
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Fue un actor frustrado (afortunadamente)
Quería ser actor como los niños quieren hoy ser futbolistas o quizá con mayor empeño… pero enfermó justo antes de una audición y su destino tomó otros caminos, cosa de la que no nos lamentamos sino más bien al contrario, lo celebramos.
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Disfrutó y sufrió una doble vida (la suya)
Pseudo doble vida podríamos decir… Y es que se divorció de su esposa pero en el más absoluto secreto, tan secreto que continuó haciéndose cargo de los gastos de la casa en la que ella vivía, lo suyo fue algo así como la doble vida al revés, en lugar de mantener a su amante y convivir con su esposa, él convivía con su amante y mantenía a su esposa (y madre de sus diez hijos…); eso sí, la misma discreción que envolvió su divorcio envolvió su nueva vida.
Hubo una ocasión en la que casi se descubre su gran secreto: viajaba por Francia con su amante cuando sufrió un accidente de tren del que ambos salieron ilesos pero, cuando llegó la policía para tomar nota de lo sucedido y a pesar de que hasta ese momento habían estado ayudando a los heridos, salieron casi corriendo para no salir en los papeles sociales de la época.
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Conoció a Alejandro Dumas y Julio Verne
El encuentro tuvo lugar en París, durante uno de los viajes de Dickens por la Europa continental… ¿lo imaginas? ¿semejantes tres plumas sentadas a la misma mesa? esos sí fueron tres mosqueteros de las letras ¿no crees?.
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El primer detective de la literatura fue suyo
No es que Dickens inventara a Sherlock Holmes (ese mérito, a veces a su pesar, fue de Arthur Conan Doyle) pero el primero en utilizar la palabra detective en una novela fue Dickens así que a él le debemos que Sherlock fuera eso, un detective.
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Fue el héroe de unas 100 mujeres
Dickens fundó un refugio para mujeres en situación de exclusión social, no se trataba de un albergue ni de una casa en la que recibieran cobijo a modo de limosna, lo que Dickens hizo por ellas fue darles la oportunidad de salir adelante por sí mismas ofreciéndoles casa, comida y educación ¿el resultado? 100 mujeres acabaron por deberle la vida (100 que habían sido elegidas entre lo más pobre y excluído de la sociedad de la época, algo que hizo el propio Dickens en muchas ocasiones, para asegurarse de que se trataba de mujeres que podrían aprovechar la oportunidad que se les brindaba).
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Fue amigo de Hans Christian Andersen... y acabó detestándolo
Sobre lo que ocurrió entre ambos escritores se sabe poco, tan poco que ni tan siquiera el propio Andersen supo mucho… El caso es que Andersen llegó a casa de Dickens invitado por el escritor con la intención de quedarse dos semanas, se quedó cinco y cuando se fue Dickens grabó un mensaje en la habitación que ocupara: Hans Andersen durmió en esta sala durante cinco semanas que a la familia nos parecieron siglos.
¿Qué ocurrió en esas cinco semanas que tan terrible fue para Dickens? porque no sólo escribió ese mensaje, nunca volvió a hablar ni escribirle media carta a Andersen.
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Nunca quiso estatuas
No sabemos por qué pero sí sabemos que dejó dicho expresamente que no quería estatuas, los ingleses respetaron el deseo de su genio literario pero los americanos, que son muy libres y muy suyos, optaron por levantar en Filadelfia la única estatua a tamaño natural de Dickens que existía entonces en el mundo. Ahora, muy a su pesar, hay más estatuas suyas, una en su ciudad natal.
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Derechos de autor
Hay que comenzar por decir que no existía tal cosa en tiempos de Dickens y por eso siempre que litigó tratando de defender su obra frente a diferentes plagios perdión; eso sí, sentó las bases legales para lo que hoy conocemos como inalienables derechos de autor.