Ray Bradbury, autor de Fahrenheit 451.
Ray Bradbury fue un escritor longevo pero no tanto como para celebrar los 100 años que hubiera cumplido el 22 de agosto de 2020, claro que nos queda el placer de leerlo.
Empezar titulando así, de modo tan simple y a la vez directo, un artículo que pretende recordar al escritor americano Ray Bradbury puede parecer pobre y cabe que incluso lo sea teniendo en cuenta que el 22 de agosto de 202o se cumplieron 100 años de su nacimiento, pero así fue como él quiso pasar a la historia, ese quiso que fuera su epitafio; quienes hemos degustado con placer y temor su ya mítica novela distópica Fahrenheit 451 sabemos que con eso dejó dicho mucho más de lo que a simple vista pueda parecer. Pero antes de llegar ahí, conozcamos un poco más a Ray Bradbury.
Nació el 22 de agosto de 1920 y no fue hasta 1934 que su familia se instaló en Los Ángeles, hasta entonces su vida discurrió de un lugar a otro entre maletas y cambios de residencia y escuela; ya en Los Ángeles se graduó pero no fue a la universidad porque los recursos de su familia no llegaban a tanto ¿qué hizo entonces? durante unos 4 o 5 años se ganó la vida vendiendo periódicos, leyendo todo lo que caía en sus manos (era un asiduo visitante de la biblioteca pública) y escribiendo sus primeros cuentos.
Los libros nos recuerdan que somos asnos y tontos. Son la guardia pretoriana del César, que murmura mientras los desfiles pasan ruidosamente por las avenidas ‘Recuerda, César, que eres mortal’.
Así que lo primero que cabe decir de Bradbury es que fue un autodidacta, fue la biblioteca pública la que lo formó y su empeño en contar historias lo que lo llevó a convertirse en uno de los escritores más importantes de la literatura americana.
El nombre de Bradbury suele asociarse a la ciencia ficción pero el mismo negaba ser un escritor de tal campo, se consideraba más bien un escritor de fantasía (en ese campo situaba su obra Crónicas Marcianas) e incluso costumbrista, sus historias siempre partían de la realidad que veía y sentía (sí, sentía, era también un tanto romanticón…); escribió ensayos y poemas pero es Fahrenheit 451 la novela que lo convierte en una referencia en el campo de la ciencia ficción porque se trata de una distopía que no tememos calificar como brutal, tan brutal como lo fue en su día 1984 de Orwell.
No espere ser salvado por alguna cosa, persona, máquina o biblioteca. Realice su propia labor salvadora, y si se ahoga, muera, por lo menos, sabiendo que se dirigía hacia la playa.
Bradbury fue un trabajador incansable, publicó cuentos en revistas, los recopiló después, escribió novelas pero también colaboró en la elaboración de guiones de películas y series de televisión, su mano está tras la adaptación de Moby Dick de John Huston.
Y a pesar de ese ingente trabajo literario tuvo tiempo de casarse, tener cuatro hijas y ganar un buen puñado de premios, ningún Pulitzer ni mucho menos un Nobel, es más, por ser un escritor tan diverso e incalificable los pontífices literarios tampoco le hicieron grandes reconocimientos, claro que es de los pocos escritores que puede decir (podría decirlo ahora cumpliendo 100 años si no se hubiera muerto a los 91) que un asteroide lleva su nombre o que cuenta con estrella propia en el paseo de la fama de Hollywood.
Claro que digan lo que digan los gurús literarios, en BeisBook tenemos claro que a Bradbury hay que leerlo, hay que leerlo con la misma atención que a Orwell porque, como él, vio venir muchas de las cosas con las que lidiamos hoy, por ejemplo, nos advirtió de que no es necesario quema libros para hacerlos desaparecer… basta con conseguir que no se lean.
Porque no hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe.
¿Quieres conocer los verdaderos efectos de no leer? nos los cuenta Bradbury en Fahrenheit 451. Y volvemos ahí al título de este pequeño repaso a la vida de este conocido escritor reconocido a medias, volvemos a su epitafio, a como quiso él despedirse del mundo y pasar a la historia, como el autor de Fahrenheit 451, como el hombre que nos advirtió de como estábamos cayendo en un error terrible, el de dejar de leer y de qué consecuencias tendría tamaño despropósito… Y aquí seguimos, caminado con paso firma por la senda del olvido de los clásicos, de los grandes, de los buenos… pero tú no ¿verdad? porque tú o bien estás ya haciéndote con un ejemplar de Fahrentheit 451 para celebrar los 100 años de Bradbury o, si ese lo tienes ya leído y releído, tal vez con uno de sus Crónicas Marcianas o, si nos permites una recomendación más: El Vino del Estío.