Edgar Allan Poe, el escritor que le puso letras al miedo.
Y quien dice al miedo dice al terror, al pánico, al espanto y al misterio, a la locura, a la maldad, a lo absurdo… en definitiva, a un mundo oscuro de gran maestría literaria, la de Edgar Allan Poe.
Dicen de él que fue el primer escritor norteamericano e intentar vivir de la literatura, algo que consiguió sólo un poco, sólo a ratos; también dicen, y ésto se nos antoja indiscutible, que hubo tanto misterio en su vida como en su obra y añadimos además que hubo también literatura en su biografía porque, ante la falta de datos, hubo quien rellenó con literatura los huecos de su vida; nosotros hoy nos alejaremos de esas recreaciones novelescas de la vida de Poe y nos quedamos con lo que de verdad importa que es lo que de verdad sabemos para tratar de responder a una pregunta sencilla en apariencia y altamente compleja en el fondo ¿Quién era Edgar Allan Poe?.
Cabe empezar a responder por el nombre del sujeto, que no fue Allan hasta bien avanzada su infancia porque ese era el apellido de su familia adoptiva; nació pues como Edgar Poe e hijo de un matrimonio de actores de poca y mala vida; poca y mala porque el señor Poe desapareció antes de nacer su cuarto hijo (que fue una hija, la hermana mejor de Edgar), no se sabe la desaparición fue decisión del propio señor Poe o si lo que ocurrió fue que fue llamado a personarse a las puertas del cielo (aunque siendo como era un titiritero cabe pensar que fuera más bien el mismo diablo quien lo hiciera llamar y no San Pedro); el caso es que la señora Poe con sus cuatro hijos (Edgar era el tercero) siguió trabajando en la compañía de teatro y malviviendo como pudo, de hecho dejó a sus hijos mayores con unos familiares y se marchó de bolos sola con Edgar y su tripa de embarazada.
La señora Poe llegó al sur, a Virginia, y allí llegó al fin de sus días dejando tras de sí a un niño de unos tres años, nuestro Edgar, y una bebé; y así se explica que Edgar Allan Poe tuviera más de sureño de lo que cabría esperar habiendo nacido en Boston porque ¿qué quedó de su origen y su familia biológica cuando fue acogido (que no adoptado) y criado por una acomodada familia del sur? Poco, cabe que nada o tal vez sólo lo inevitable, una salud débil que si bien pareció superar pasada la infancia, se hizo notar de nuevo en su juventud (aunque lo cierto es que Poe se tomó muchas molestias para conjurarla especialmente en sus años universitarios).
Años de amor han sido olvidados, en el odio de un minuto
Durante su infancia se fue fraguando el personaje en el que acabó por convertirse, su madre de acogida lo adoraba y su padre… ¡¿quién sabe?! durante mucho tiempo se pensó que no, que era un hombre rudo y cruel, rico, avaricioso y excesivamente exigente además de un tanto malvado por negarse a adoptar oficialmente a Edgar a pesar de haberlo criado y de no tener otros hijos… Claro que he ahí la cuestión, al parecer el señor Allan sí tenía otros hijos, aunque no con su esposa, y no sólo se hacía cargo en lo económico de Edgar sino también de sus hijos naturales, esperaba pues que fueran sus hijos naturales quienes lo heradaran y no uno ‘postizo’ con el que además acabó llevándose a matar (o casi).
Las divergencias entre Edgar y su padre de acogida se fueron acumulando, cuentan que empezaron cuando Edgar vio en sufrimiento en los ojos de la señora Allan al descubrir ésta que era ella la única en su matrimonio que no había tenido hijos naturales, tampoco le agradeció en absoluto a su padre de acogida su negativa a adoptarlo y menos aún el modo en que se enfrentó a él negándole la comodidad económica aun siendo él inmensamente rico. Cuentan que el señor Allan quería que Edgar estudiara leyes o comercio y que contaba con que trabajara en el negocio familiar pero el bueno de Poe quiería ser escritor, había escrito sus primeros versos siendo todavía un niño y nada ni nadie le haría desistir de su empeño.
El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella.
Antes de los tiempos revueltos en casa de los Allan, el matrimonio viajó a Europa y vivió unos tres años entre Escocia y Londres, en ese tiempo Edgar viajó con ellos y estudió en un colegio inglés; a su vuelta a Virginia lo hizo más fuerte y más guapo, con un nivel cultural más elevado gracias al nivel de exigencia tanto en lo académico como en lo deportivo en los colegios ingleses; no sabía entonces como se habría de enredar su vida, aunque los problemas más serios llegarían a partir de la universidad, no antes.
El señor Allan mandó a Edgar a la universidad de Virginia con la idea de que estudiara leyes o comercio pero Edgar tenía otros planes y, además, se integró como no pensaba en la vida universitaria: mucho juego (con la consiguiente pérdida de dinero) y mucho alcohol (o no tanto pero el joven Edgar tenía tanta sensibilidad al alcohol que dos copas su borrachera era de escándalo, de las que dejan resaca de tres días) y, en definitiva, más gastos de los que cubría su asignación; en lo académico no había queja porque Poe, más allá de despistes o distracciones, era un alumno brillante.
Fue durante unas vacaciones de navidad cuando la relación entre el señor Allan y Poe estalló como nunca antes (y como cabía esperar dados sus recurrentes desencuentros), el señor Allan se negaba a costear los estudios de un escritor, mucho menos los de un escritor de mala vida, mucho juego, mucho alcohol y muchos gastos) mientras Poe se negaba a renunciar a su sueño de ser escritor y lo hacía, además, en un alarde de rebeldía porque al regresar a casa aquellas vacaciones descubrió que su novia ya no lo era gracias a la intervención del señor Allan y de los padres de la muchacha, ni los unos ni los otros veían con buenos ojos aquella relación.
La belleza de cualquier clase en su manifestación suprema excita inevitablemente el alma sensitiva hasta hacerle derramar lágrimas.
Cae aquí hacer un flashback en la biografía de Poe para hablar de sus amores porque sus dolientes enamoramientos también marcaron su carácter; hasta donde sabemos su primer amor fue Helen (sí, la del poema ‘To Helen’), que era la madre de un compañero de estudios (él era un adolescente, ella tenía 30 años, perdió la cabeza y murió pocos meses después de que Poe perdiera el corazón por ella); Sarah Elmira Royster fue otro de los grandes amores de su vida y lo fue por partida doble: primero porque se enamoraron en lsu adolesdencia y tanto los padres de ella como el señor Allan aprovecharon el tiempo universitario de Poe para interceptar las cartas que los enamorados se escribían y fraguar su separación y en segundo lugar porque pasados los años, viuda ella y viudo él, se encontraron y amaron de nuevo aunque el romance también fue efímero, duró hasta la muerte de Poe que fue más temprana de lo que nos hubiera gustado.
Hubo más amores pero llegaremos a ellos en el curso de la vida de Poe, volvemos donde estábamos, en el momento en el que el empecinamiento de Poe y Allan en sus posiciones lleva al primero a abandonar el que fuera su hogar y no para volver a la universidad (no podía costea su vida allí sin el apoyo económico de los Allan) sino para viajar a su ciudad natal, Boston.
Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche
Cuentan que en Boston trató de ganarse la vida a base de letras, como escritor e incluso como periodista, pero la cosa fue mal y, además, descubrió que, al no haber regresado a la universidad a estudiar leyes co comercio, su padre de acogida ya no se sentía obligado siquiera a proporcionarle lo mínimo para su sustento, estaba sólo sin un dólar así que decidió que su única opción era el ejército y se alistó como soldado raso. Durante dos años hizo carrera militar llegando a ser sargento y consiguió publicar sus primeros poemas (que pasaron sin pena ni gloria por el mundo editorial); le faltaban tres años para cumplir su contrato con el ejército y, con el ánimo de acortarlos arguyó un plan: convencer, con el apoyo de su superior, al señor Allan para que apoyara su ingreso en West Point para hacer carrera militar ya como oficial; pero el señor Allan parecía haber borrado a Poe de su vida hasta el punto no sólo de ignorar la petición del poeta sino de ocultarle la grave enfermedad de su madre adoptiva a la que sabía estaba muy unido. Frances Allan, su madre adoptiva, murió antes de que Poe llegara a su lecho de muerte a pesar de haber rogado a su marido que avisara al joven Edgar a quien había criado como a un hijo; cuentan que Poe se desmayó de dolor ante la tumba de Frances y que el señor Allan, tal vez conmovido por ello, accedió a apoyar su acceso en West Point.
Su paso por West Point resultó tan desastroso como cabía esperar: primero porque Poe contaba historias inventadas acerca de viajes que nunca hizo, después porque no se adaptó a la vida militar y finalmente porque fue expulsado; lo mejor de aquella época fue la amistad que trabó con sus compañeros, lo que hizo que todos donaran algo de dinero para que el bueno de Poe editara sus poemas al abandonar West Point y pudiera ganar a su vez algo de dinero.
Los años siguientes fueron de extrema probreza pero muy importantes porque fue entonces cuando decidió dedicarse los cuentos, que podían ser más rentables que la poesía; a pesar de eso cuentan que vivió con su familia paterna (con la hermana de su padre biológico) en condiciones paupérrimas; Poe contaba 26 años cuando se casó con su prima, Virginia Clemm, quien tenía 13 a pesar de haberse regristrado en el matrimonio con 21; cuentan que su relación era más de hermandad que la propia de un matrimonio; durante el tiempo que duró el matrimonio, Poe logró salir adelante gracias al periodismo y a la publicación de algunos de sus cuentos, lo hizo ya sabiendo que el señor Allan había fallecido sin dejarle nada en herencia y que dependía más que nunca de sí mismo para salir adelante y para quitarse el estigma que le había supuesto en la rígida sociedad del sur la enemistad con alguien tan poderoso y respetado como su padre de acogida.
Pero Virginia murió de tuberculosis, como antes el hermano mayor de Poe que vivía también con la familia paterna de ambos, y nuestro escritor cayó en una profunda depresión, cuentan incluso que trató de suicidarse con láudano pero hasta en eso tuvo ‘mala suerte’, lo vomitó. Empezó entonces una época negra en la que la bebida lo llevaba a la locura… ¿o era la locura la que lo llevaba a la bebida?.
La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia
Y en este momento nos preguntamos ¿qué significaba Virgina Clemm en la vida de Poe? era apenas una niña a su lado, pensar en amor romántico parece absurdo, más aún hacerlo en amor lujurioso ¿de qué lo protegía la pequeña Clemm a la que, eso sí lo sabemos, adoraba? no seremos nosotros quienes nos lancemos a dar pábulo a las múltiples teorías existentes sobre la relación de Poe con las mujeres y el sexo, lo único que podemos confirmar es que una vez Virginia enfermó, Poe se adentró en un tunel oscuro que no lo llevaba más que su propia autodestrucción.
Durante su vida tuvo alguna buena crítica que llevarse al ego y también la alegría de publicar bien sus cuentos e incluso de tocar el éxito con las manos cuando publicó ‘El cuervo’ pero el verdadero reconocimiento no le llegaría hasta después de muerte, una muerte que fue temprana y tan misteriosa como un cuento de Poe:
Que Dios se apiade de mi pobre alma.
Cerrado el círculo de sus amores, que fueron más de los aquí referidos pero tan platónicos los unos como los otros (al menos hasta donde sabemos…), Poe organiza un último viaje antes de casarse con el segundo amor (cronológicamente) de su vida; en ese viaje se le pierde la pista durante días, no se sabe qué pudo ocurrirle, sólo que apareció en una taberna, borracho y entre maleantes; se habló de alcohol, drogas, tuberculosis, cólera e incluso de un posible suicidio, de la locura que lo llevaba al alcohol y del alcohol que necesitaba para sobrellevar la locura. Lo cierto que sus últimos días son un misterio y acaban con su muerte… y con la inmortalidad de sus cuentos pero esa es otra historia.