Los poemas de cementerio que precedieron al tétrico romanticismo inglés de Drácula y Frankenstein.

Hoy recordamos algunos de los poemas de cementerio más celebrados en su tiempo, te sorprenderá alguno de sus autores…

Los muertos en general y los cementerios en particular tienen un destacado papel protagonista en el Romanticismo inglés, de hecho los dos personajes literarios más representativos de este movimiento están íntimamente ligados tanto a la muerte como a los cementerios: Drácula era un muerto viviente, un vampiro eterno mientras la criatura creada por el doctor Frankenstein (al que acabó por ‘robar’ el nombre) era un montón de muertos en un solo cuerpo al que el buen doctor había insuflado vida; pero ¿cómo llegan Mary Shelley y Bram Stoker a idear historias tan tétricas, eternas y rocambolescas? no hay una única respuesta a esta pregunta porque lo cierto es que confluyen muchas inspiraciones literarias e históricas además de muchos hechos espeluznantes que ocurrían en tiempos de estos escritores pero de entre todas esas influencias literarias, históricas y reales hoy queremos recordar una que tiende a pasar más desapercibida que otras, la de los poetas de cementerio… como lo lees, a los muertos en los cementarios los honramos desde tiempos inmemoriales y hubo un grupo de poetas ingleses que son hoy considerados algo así como precursores del Romanticismo que hicieron de esa honra literatura del más alto nivel.

¿Quienes eran los poetas de cementerio? son, para muchos, los verdaderos precursores del estilo gótico que tanto y tan bien se desarrolló durante el Romanticismo y entre ellos hay algún nombre que cabe que te sorprenda: Thomas Warton, Robert Blair, Thomas Parnell, William Collins o Thomas Gray son sólo algunos de ellos pero ¿sabías que Oliver Goldsmith (sí, el de El Señor de las Moscas) y H.P. Lovecraft (sí, el de los Mitos de Cthulhu) también escribieron sus propios poemas de cementerio? (no se me asusten los puristas, no, ni Goldsmith ni Lovecraft forman parte de los conocidos como los poetas de cementerio pero, dado que esos poetas han sobrevido mal al paso del tiempo porque fueron en cierta medida asimilados primero y olvidados después por el movimiento gótico, hoy queremos recordarlos y también ir más allá de ellos).

A continuación tenéis 3 ejemplos de poemas de cementerio… ¿qué mejor día que el 1 de noviembre para recordarlos?.

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Si el tema os atrae y os seduce (a nosotros nos da un poco de yuyu…), permitidnos que os recomendemos el artículo de El Espejo Gótico a cuenta de los mejores poemas de cementerio, lo encontraréis en este enlace.

  • 1 3

    La Tumba. Robert Blair

    Imposible no empezar esta lista por este poema de Blair, nada hay más propio de un cementerio que sus tumbas, aquí tenéis un extraco del poema de Blair:

    (…)

    A menudo, en la oscuridad, he visto en el camposanto,
    A través de la luz nocturna que se filtra por los árboles,
    Al muchacho de la escuela, con sus libros en la mano,
    Silbando fuerte para mantener el ánimo,
    Apenas inclinándose sobre las largas piedras planas,
    (Con el musgo creciendo apretado, con ortigas bordadas)
    Que hablan de las virtudes de quien yace debajo.
    Repentinamente él comienza, y escucha, o cree que escucha;
    El sonido de algo murmurando en sus talones;
    Rápido huye, sin atreverse a una mirada atrás,
    Hasta que, sin aliento, alcanza a sus compañeros,
    Que se reúnen para oír la maravillosa historia
    De aquella horrible aparición, alta y pavorosa,
    Que camina en la quietud de la noche, o se alza
    Sobre alguna nueva tumba abierta; y huye (¡cosa asombrosa!)
    Con la melodía evanescente del gallo.

    También a la nueva viuda, oculto, he vislumbrado,
    ¡Triste visión! Moviéndose lenta sobre el postrado muerto:
    Abatida, ella avanza enlutada en su pena negra,
    Mientras mares de dolor borbotean de sus ojos,
    Cayendo rápido por las mejillas frágiles,
    Nutriendo la humilde tumba del hombre amado,
    Mientras la atribulada memoria se atormenta,
    En bárbara sucesión, reuniendo las palabras,
    Las frases suaves de sus horas más cálidas,
    Tenaces en su recuerdo: Todavía, todavía ella piensa
    Que lo ve, y en la indulgencia de un pensamiento cariñoso
    Se aferra aún más al césped insensato,
    Sin observar a los caminantes que por allí pasan.

    ¡Tumba injusta! ¿cómo puedes separar, desgarrar
    A quienes se han amado, a quienes el amor hizo uno?

    (…)

    Aquí tienes el mismo extracto en versión original (porque la poesía es, en realidad, difícilmente traducible…):

    (…)

    Oft, in the lone church-yard at night I’ve seen,
    By glimpse of moonshine chequering through the trees,
    The schoolboy with his satchel in his hand,
    Whistling aloud to bear his courage up,
    And lightly tripping o’er the long flat stones
    (With nettles skirted, and with moss o’ergrown),
    That tell in homely phrase who lie below.
    Sudden he starts! and hears, or thinks he hears,
    The sound of something purring at his heels;
    Full fast he flies, and dares not look behind him,
    Till out of breath he overtakes his fellows;
    Who gather round, and wonder at the tale
    Of horrid apparition, tall and ghastly,
    That walks at dead of night, or takes his stand
    O’er some new-open’d grave, and, strange to tell!
    Evanishes at crowing of the cock.
    The new-made widow too, I’ve sometimes spied,
    Sad sight! slow moving o’er the prostrate dead:
    Listless, she crawls along in doleful black,
    Whilst bursts of sorrow gush from either eye,
    Past falling down her now untasted cheek.
    Prone on the lowly grave of the dear man
    She drops; whilst busy meddling memory,
    In barbarous succession, musters up
    The past endearments of their softer hours,
    Tenacious of its theme. Still, still she thinks
    She sees him, and, indulging the fond thought,
    Clings yet more closely to the senseless turf,
    Nor heeds the passenger who looks that way.
    Invidious grave!—how dost thou rend in sunder
    Whom love has knit, and sympathy made one!

    (…)

  • 2 3

    Donde alguna vez caminó Poe. HP Lovecraft

    Pasen y lean los versos que Lovecraft dedicó a Edgar Allan Poe en su poema de cementerio.

    Lo Eterno nutrió a las sombras sobre este terreno,
    Soñando con los siglos que han pasado,
    Grandes olmos se alzan solemnes en la hierba,
    Arqueados sobre el oculto mundo de antaño.
    En torno a la escena la luz de la memoria juega,
    Y las hojas muertas susurran los días perdidos,
    Anhelando las figuras y los sonidos que ya no serán.

    Solitario y triste, un espectro se desliza
    Por los corredores, donde una vez sus pies caminaron;
    Nada común se adivina en él, aunque su canción
    Se sumerge en el tiempo con un extraño encanto.
    Sólo los pocos que conocen el secreto de la hechicería,
    Observan entre estas tumbas la sombra de Poe.

    A continuación en la versión original de Lovecraft.

    Eternal brood the shadows on this ground,
    Dreaming of centuries that have gone before;
    Great elms rise solemnly by slab and mound,
    Arched high above a hidden world of yore.
    Round all the scene a light of memory plays,

    And dead leaves whisper of departed days,
    Longing for sights and sounds that are no more.
    Lonely and sad, a specter glides along
    Aisles where of old his living footsteps fell;
    No common glance discerns him, though his song

    Peals down through time with a mysterious spell.
    Only the few who sorcery’s secret know,
    Espy amidst these tombs the shade of Poe.

  • 3 3

    El Epitafio. Thomas Gray

    Si era apropiado empezar esta pequeña selección de poemas de cementerio con La Tumba, no lo es menos cerrarla con un epitafio, el del poema de cementerio de Thomas Gray.

    Aquí la falda de la tierra escondida
    un joven sin fama y sin riqueza;
    su humilde cuna vio la ciencia oculta
    y lo marcó como suyo la tristeza.

    Sincero y generoso fue, y el cielo
    lo supo; dio cuanto tenía consigo:
    una lágrima al pobre por consuelo;
    tuvo de Dios cuanto pidió: un amigo

    Su flaqueza y virtud bajo esta losa
    no indagues de la tierra madre.
    Con esperanza tímida reposa
    allá en el seno de su Dios y Padre.

    Aquí lo tenéis en la versión original de Thomas Gray.

    Here rests his head upon the lap of Earth
    A Youth, to Fortune and to Fame unknown;
    Fair Science frown’d not on his humble birth,
    And Melancholy mark’d him for her own.

    Large was his bounty, and his soul sincere;
    Heaven did a recompense as largely send:
    He gave to Misery all he had, a tear,
    He gain’d from Heaven, ‘twas all he wish’d, a friend.

    No farther seek his merits to disclose,
    Or draw his frailties from their dread abode,
    (There they alike in trembling hope repose,)
    The bosom of his Father and his God.

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